Se lo han ganado con creces. El pasado fin de semana, Campeones se presentaba en la taquilla española con la firme intención de recordarnos el enorme talento que atesora el cine patrio. Y es que nuestro adorado Javier Fesser (Camino, El milagro de P. Tinto) volvía con Campeones a esa comedia que tan bien se le da. Humor le sobra a un tipo al que no valoramos lo suficiente y que es muy grande.
Marco, un entrenador profesional de baloncesto, se encuentra en medio de una crisis personal. Ha perdido su trabajo y un incidente con la justicia le obliga a vese entrenando a un equipo compuesto por personas con discapacidad intelectual. Lo que comienza como un problema se acaba convirtiendo en una lección de vida para el protagonista y en una lección de cine para todos nosotros.
Es difícil trabajar de forma más brillante que Javier Fesser. Hay mucha comedia y, sobre todo, muchas emociones en Campeones. Sin embargo, no queda grieta alguna para caer en sentimentalismos baratos ni autocompasión innecesaria. Es una cinta honesta, por eso el público ha llenado las salas de todo el país, lo que se ha traducido en casi 2 millones de euros recaudados en todo el país.
Sería una vergüenza acabar un artículo centrado en Campeones sin hablar de Javier Gutiérrez. Secundario habitual de producciones de todo tipo hace pocos años, ha pasado se ser un actor poco relevante a una auténtica fuerza de la naturaleza. Tiene dos Goyas y pocos nos parecen…