Llevaba una buena temporada sin hacer saltar por los aires las taquillas. El nombre de Steven Spielberg siempre ha sido sinónimo de imaginación y talento, pero también de éxito. Muchas de sus películas se convertían en impresionantes taquillazos, ya que el mero hecho de llevar su sello era suficiente para llenar las salas de cine.
Sin embargo, a lo largo de los últimos años se había tenido que conformar con taquillas buenas, pero discretas. Incluso había tenido que digerir golpes tan duros como el desastre de Mi gran amigo el gigante. Una década de éxitos moderados, desde los 786 millones de dólares logrados por Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, allá por 2008.
Ready Player One lo ha cambiado todo. Y no solo por el hecho de que ya acumula 400 millones de dólares recaudados en todo el planeta, sino también porque, al contrario que en la última Indiana Jones, aquí resulta que estamos ante un filme sensacional y lleno de encanto. La mejor versión de Spielberg en modo “cine familiar” ha vuelto.