Parecía imposible que alguien nos hiciese olvidar a Mel Gibson, pero la verdad es que Tom Hardy se ha convertido en un Max Rockatansky descomunal. Tras firmar ese exitazo titulado Mad Max: Furia en la carretera y llevarse seis Oscars a casa, lo cierto es que ya son muchos los fans que reclaman el regreso de la saga. De hecho, George Miller tenía en mente una nueva cinta en la que se explorarían los orígenes del misterioso personaje. La confirmación del proyecto era una cuestión de tiempo, pero ahora la cosa no pinta nada bien.
“Preferiríamos mucho más hacer películas con Warner Bros. en lugar de litigar con ellos pero, después de intentarlo durante más de un año, no hemos podido llegar a una solución satisfactoria y ahora hemos tenido que recurrir a una demanda para arreglas las cosas”. Con estas palabras pronunciadas hace unos meses, George Miller dejaba nuestro gozo en un pozo. Y es que, tal y como se confirmaba, el director y su productora habían demandado a Warner Bros por el impago de siete millones de euros. Al parecer, el pago de este plus estaba acordado con la major. Sin embargo, en Warner consideran que el hecho de haber superado en siete millones de dólares el presupuesto del filme desactivaba tal condición.
Sea como fuere, los meses han ido pasando y las esperadísimas secuelas de esa maravilla llamada Mad Max: Furia en la carretera siguen sin llegar. Todo apunta a que el futuro de la saga está más que complicado, al menos a corto y medio plazo.