Ha sido una grata sorpresa. Ya imaginábamos que Deadpool 2 iba a molar mucho, pero lo cierto es que la cinta de Ryan Reynolds ha conseguido incluso superar nuestras expectativas. Divertida y gamberra, pero también audaz, el filme tiene todos los ingredientes para hacer que lo pasemos en grande. Sin embargo, no todos los planes pudieron desarrollarse tal y como estaban previstos en un inicio.
Teniendo tanta potencia el protagonista y el esperadísimo Cable (Josh Brolin), cualquier bifurcación en el camino se antojaba desacertada. Así, hace unos meses conocíamos que la película habría decidido prescindir de un villano al que había dado vida el actor Jack Kesy. De hecho, su rol no era otro que el del mismísimo Black Tom Cassidy. Un gran villano que terminaba quedándose fuera por cuestiones narrativas, pero también por dinero.
“Estaba en la película como un supervillano que tiene unos poderes increíbles. sin embargo, el estudio nos llamó y nos dijo que estábamos por encima del presupuesto, de modo que el genial personaje quedó realmente reducido. Una pena…”. Así explicaba el propio Ryan Reynolds en Empire Film Podcast el papel residual del genial villano.