Nota: 7
Hay películas que van un poco más allá. Cintas de esas que muestran una audacia incomparable y que consiguen, gracias a jugársela, marcar un auténtico hito. Si hablásemos de una comedia romántica adolescente de instituto en la que una chica busca a la persona que le manda mensajitos de amor, lo cierto es que la cosa no nos interesaría demasiado. Sin embargo, Con amor, Simon va un poco más allá.
Simon Spier es un joven 16 años que no se atreve a revelar su homosexualidad, ya que prefiere esperar al musical que se celebra en secundaria. Pero un día, uno de sus correos electrónicos llega a manos equivocadas y las cosas se complican extraordinariamente.
Quienes hayan tenido entre las manos la novela de Becky Albertalli ya sabrán de qué va la cosa. Con amor, Simon La cinta se presentaba como una pastelosa obra llamada a arrastrar a jóvenes a las salas, pero la sorpresa ha sido mayúscula al encontrarse con que estamos ante un filme realmente encantador. Ya no solo es fina y audaz en el retrato de la homosexualidad adolescente en estos días, sino que encima es capaz de conmover al más pintado.
Efectivamente, Con Amor, Simon está muy bien, pero tampoco es una de esas películas para recordar eternamente… o sí. En lo meramente cinematográfico no es ninguna locura, pero el hecho de firmar una comedia romántica centrada en un instituto y con una historia de amor homosexual se antoja un paso fundamental de cara a la normalización de toda orientación sexual en una etapa de la vida trascendental. Todo es normal en la cinta, lo que se agradece de sobremanera.
Lo mejor de todo es que Con Amor, Simon está arrasando en medio mundo y ahora toca que lo haga en nuestro país, ya que estamos ante un filme mucho más importante de lo que nos podría parecer sobre el papel. Para colmo, nos lo pasamos de miedo. Si es que no sabemos resistirnos a una buena historia de amor…