No se resigna a perder su estatus de estrella del cine. Pese a que la carrera de Eddie Murphy lleva años manteniéndose a flote a duras penas, lo cierto es que no podemos negar que este tipo es todo un luchador. Tras dejar atrás aquellos gloriosos años 80 y la primera mitad de los 90, la mayoría de sus cintas se han saldado con desastres de crítica y público. Algo que ha decidido cambiar como sea.
Todavía tiene el mal sabor de boca de aquel Oscar que todos daban por hecho gracias a Dreamgirls y que perdía contra todo pronóstico. Lo que parecía una resurrección de las buenas quedaba en nada después de ganarse la antipatía del público al levantarse de su butaca y abandonar la gala tras su derrota. Un golpe más en la noche que prometía devolverle a lo más alto.
Casi tres años lleva sin hacer ninguna película, pero acaba de embarcarse en un proyecto de esos con aroma a premio. Eddie Murphy protagonizará Dolemite Is My Name, el biopic sobre el actor y cómico Rudy Ray Moore. La cinta irá a parar directa a Netflix y tiene toda la pinta de convertirse en una de las últimas oportunidades de Eddie Murphy para regresar a la cumbre. Veremos si esta vez es la buena.