La muerte de la series ya no es lo que era. Estos últimos años estamos asistiendo a una moda ya de por sí extraña, como es la del regreso de ficciones televisivas de éxito años después de decir adiós. La cosa tiene sentido, sobre todo teniendo en cuenta que muchas de ellas se retiraban de la parrilla más por desgaste que por otra cosa. Sin embargo, algo extraño ha empezado a ocurrir estos últimos meses.
Sense8 o Lucifer han sido claros ejemplos de que el empuje de los fans puede llegar a ser brutal. En ambos casos estábamos ante ficciones cuyos datos de audiencia resultaban realmente preocupantes, de ahí que sus respectivas cadenas optasen por eliminarlas. Sin embargo, sus fieles se reunían en las redes para iniciar campañas de lucha. Así, ante la presión de los espectadores, en ambos casos se optaba por recuperar las series. Un guiño a los espectadores que, visto lo visto, podría resultar un mal precedente.
Ya hablábamos de Agente Carter hace unos días, pero ahora es el turno de Shadowhunters. La serie cuya cancelación se conocía hace semanas ha empezado a reunir firmas de cara al regreso de la serie, provocando que la presión recaiga sobre los hombros de Freeform. Ojo, porque podríamos estar ante otra resurrección.