Se va la primera mitad del año. Casi sin darnos cuenta, son ya seis meses los que nos hemos llevado por delante. Un tiempo cargado de grandes estrenos e infinidad de películas. Entre todas ellas, hemos querido seleccionar una docena de obras que nos han regalado horas de cine de altura. Distintos géneros y propuestas muy diferentes, pero un denominador común: Talento a raudales en la gran pantalla. Única condición para ser candidatas: Haber sido estrenadas en España en el primer semestre de 2018.
12. Las estrellas de cine no mueren en Liverpool: Historia de amor de esas que hacía tiempo que no nos cruzábamos. En 1981, el actor británico Peter Turner (Jamie Bell) recibe una llamada inesperada: su ex amante, la oscarizada actriz Gloria Grahame (Annette Bening), ha sufrido un colapso en un hotel de Lancaster. Como ella se niega a ser atendida por los médicos, a él no le queda más remedio que ir a buscarla para llevársela a su humilde casa familiar, en Liverpool. Allí, mientras cuida de ella, revivirá todo lo que les unió durante años, y también lo que les separó.
11. The Florida Project: Crudísimo retrato de un lado del mundo que parece haber sido olvidado por todos. Para colmo, Brooklynn Prince, Willem Dafoe y Bria Vinaite están imperiales. Una niña de 6 años y sus amigos pasan el verano en un pequeño motel muy próximo a Disneyworld, mientras sus padres y el resto de adultos que les rodean sufren aún los efectos de la crisis.
10. Tully: Añorábamos profundamente a Jason Reitman. El director de Juno o Up in the Air volvía a la comedia amarga con esta auténtica maravilla en la que Charlize Theron nos recuerda por qué es una de las mejores actrices del mundo. La historia de una mujer con tres hijos que, incapaz de lidiar con su bebé recién nacido, contrata a Tully, una niñera con la que rápidamente desarrollará una conexión especial.
9. Molly´s Game: Póker, Arron Sorkin debutando tras las cámaras y Jessica Chastain. Poco más se le puede pedir a una película. Se centra en la vida de Molly Bloom, una esquiadora de talla mundial que llegó a ser millonaria antes de los 21 años. Tras perderse los Juegos Olímpicos, Molly se trasladó a vivir a Los Ángeles, donde incluso trabajó de camarera. Gracias a su inteligencia y sus dotes empresariales, la joven acabó ganando millones de dólares en el mundo del póker antes de que el FBI la investigara.