Todos la esperábamos como agua de mayo, pero pronto empezó a caer en el olvido. En el año 2016, una serie de Netflix empezó a atraer nuestra atención. La plataforma de streaming anunciaba la distribución de Frontera, una ficción cargada de violencia, salvajismo y con Jason Momoa al frente de todo. La cosa olía a un exitazo que, finalmente, no se ha producido. Y es que, pese a llevar ya dos temporadas y a tener una tercera confirmada, Frontera sigue sin calar profundo entre el gran público.
Frontera es una serie de aventuras que narra la caótica y violenta lucha por el control y las riquezas del comercio de pieles en la Norteamérica del siglo XVIII. Relatada desde diferentes perspectivas, la serie está ambientada en un mundo en el que las negociaciones se pueden resolver con una pelea de hachas en espacios cerrados y en el que la complicada relación entre las tribus nativas y los europeos puede generar conflictos sangrientos.
La trama engancha, los personajes funcionan y está plagada de sutiles matices. No vamos a decir que Frontera sea Los soprano, pero no se le puede negar un nivel a la altura de Vikingos. De hecho, es una de esas series francamente disfrutables. Esperamos que, en algún momento, los seriéfilos empiecen a entregarse a los brazos de una joya que está pasando más desapercibida de lo que debería.