Erin Bell (Nicole Kidman) trabajó en su juventud como policía encubierta en una peligrosa banda del desierto de California. Su incursión en el mundo de la mafia tuvo consecuencias fatales para su mente de las que cree haberse recuperado. Sin embargo, cuando el líder de la banda vuelve a dar señales de vida, Bell sufre una odisea moral y existencial. La única solución para olvidar sus fantasmas pasa por retomar el contacto con viejos miembros del grupo, intentando comprender cuáles fueron los motivos que destruyeron su pasado.
Esta es la premisa de Destroyer, una cinta que ha conseguido despertar nuestra atención a lo bestia. Desde el momento en que supimos que se trataba de la nueva cinta de Karyn Kusama, ya sabíamos que la cosa iba a molar mucho. Y es que tras la gloriosa La Invitación, esperábamos como agua de mayo el regreso de una directora que nos ha preparado un nuevo caramelito.
Todo tiene pintaza en Destroyer, pero especialmente llamativo es el brutal cambio de aspecto de Nicole Kidman para la película. De hecho, la ganadora del Oscar está prácticamente irreconocible. Si no, atentos a su look para la cinta.