Un día, cuando Light termina las clases, encuentra un cuaderno negro tendido en el suelo, llamado “Death Note”, un cuaderno sobrenatural que es capaz de matar personas si se escriben los nombres en él y si el portador visualiza mentalmente la cara de quien quiere asesinar.
Cualquiera habrá identificado rápidamente el argumento de una serie y de un manga ilustres entre millones de fans. Efectivamente, Neflix se lanzaba con todo en busca de su enésimo éxito. Death Note debía ser otra joya de la plataforma, pero lo cierto es que distaba mucho de lo esperado. La cinta de Adam Wingard era un auténtico desastre. Poco o nada quedaba de la esencia del Manga de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. Todo el producto parecía haberse facturado en pro de hacerlo fácilmente consumible y muy potable para el público general.
Así, con esos antecedentes, Netflix ha decidido darle luz verde a la secuela de Death Note. A fin de cuentas, lo que está claro es que la película consiguió atraer a muchísimos espectadores, que es lo único que importa a la hora de tomar este tipo de decisiones. Al menos, esperemos que esta nueva entrega sea mejor que su antecesora.