Mucho ojo, porque podríamos estar ante el “sleeper” de la temporada. Con el circuito de festivales y de premios ya en marcha, es el momento de separar el grano de la paja. Ahora es cuando las grandes películas empiezan a demostrar su auténtica valía, mientras que las opciones de algunas con llamadas a arrasar desaparecen poco a poco.
Así las cosas, cada año nos encontramos con una película de esas que no contaban de inicio para meterse en la lucha, pero que terminan entrando en el cuerpo a cuerpo a base de calidad y talento. Un puesto que este año parece reservado a Green Book.
El Festival de Toronto es el lugar del que suelen salir estas cintas. El evento tampoco ha decepcionado este año, con un filme dirigido por Peter Farrelly (efectivamente, la mitad de los divertidísimos hermanos Farrelly) y que se acerca en clave de drama al terreno de los conflictos raciales.
Un rudo italoamericano de clase trabajadora (Viggo Mortensen) se convierte en el chófer de un refinado pianista afroamericano (Mahershala Ali) en la década de 1960 en el sur de Estados Unidos. Ese es el argumento de un filme cuyos dos intérpretes principales ya apuntan al Oscar. Acuérdate del título de Green Book, porque vas a oír hablar mucho de él.