Nota: 4
Se han confirmado los peores presagios. Tras meses esperando el aterrizaje de una película con la que íbamos a recuperar a uno de los personajes más emblemáticos del mundo de las viñetas, llegaba el momento de enfrentarse a Venom. Cierto es que la idea de volver a ver a Sony inmersa en el cine de superhéroes resultaba extraña desde el principio, pero no podíamos dejar de pensar que algo habría visto Tom Hardy para decidir sumarse al proyecto.
Amábamos demasiado a este villano como para no darle una oportunidad. Venom/Eddie Brock siempre ha sido uno de esos personajes con demasiada miga como para desperdiciarlo. Sin embargo, conviene olvidar cuanto antes la propuesta de un filme cuyo mayor problema ha sido el quedarse entre dos aguas.
Pedía a gritos ser oscura, ser salvaje y dar miedete. En estos tiempos en los que tan bien funcionan las cintas de superhéroes de calificación R, lo cierto es que se antojaba ideal salir a jugársela como lo hicieron Logan o Deadpool. Desgraciadamente, la película termina siendo un vano intento por parecer adulta. De hecho, Venom está más cerca de las cintas de superhéroes de hace 15 años que de otra cosa. Seguro que os hartaréis de escuchar esta afirmación a lo largo de los próximo días, pero es que no podría ser más adecuada. En Sony no han vivido esa “ilustración” de Marvel, Fox o incluso DC. Su reloj se quedó parado hace demasiado tiempo.
Hay que olvidar cuanto antes que existió este filme de Venom. No será difícil. Solo el empeño del siempre descomunal Tom Hardy es capaz de presentar resistencia al olvido. Duele pensar lo que podría haber sido Venom...