A los más jóvenes puede sonarles a locura leerlo, pero lo cierto es que en un pasado cercano, las películas de superhéroes eran sinónimo de chufa cinematográfica. Salvo contadas excepciones, lo común era que los desastres creativos se sucedieran a la hora de trasladar a la gran pantalla las historias de las viñetas más emblemáticas.
Durante muchos años, sólo las excepciones de Superman o del Batman de Tim Burton operaban con éxito dentro de un género lamentable. ¿Veis lo que pasa ahora con las adaptaciones de videojuegos? Pues tres cuartos de lo mismo se daba con los superhéroes. Con lo que nadie contaba era con la llegada de tres películas que lo cambiarían todo:
1. Batman Begins (2005): Tras años de bagaje por el desierto, el Hombre Murciélago volvía a la gran pantalla. De la mano de Christopher Nolan y Christian Bale, lo que nos encontrábamos era una versión realista y seria de Batman. A ello se unía un reparto de excepción y un guión de esos que no pueden ser más audaces. El resultado era una cinta tan oscura como el traje de su protagonista y la constatación de que se podía hacer cine de superhéroes con calidad de Oscar.
2. Iron Man (2008): Puede que cuando John Favreu nos presento al sensacional Tony Stark no nos diésemos cuenta de lo que realmente acababa de suceder. Tras años intentando dar con la fórmula, Marvel al fin encontraba el camino ideal para construir su ambicionado universo cinematográfico. Sobre esa idea de cine desenfadado y la mezcla de humor, acción y emotividad en medidas adecuadas, la casa de las ideas comenzaba a tejer una tela de araña que, a día de hoy, es el proyecto más exitoso del cine.
3. Deadpool (2016): Muchas risas son las que pasamos con este gañán, pero puede que estemos ante la cinta más importante de todas en cuanto a sus implicaciones dentro de todo el cine de superhéroes. Ryan Reynolds y compañía le ponían un par y decidían abordar la primera película de superhéroes para adultos. El resultado era un éxito sin parangón, lo que sorprendía dentro de un género que empezaba a dar muestras de agotamiento. Ahora, todas las grandes compañías quieren hacer películas sin censuras. Con mayor libertad, la calidad suele aumentar. Si no, que se lo digan a Logan.