Nunca imaginamos ver este tipo de cosas. Uno se da cuenta de que las cosas están cambiando de forma radical cuando se encuentra con que los hermanos Coen han estrenado su última película en Netflix. Los responsables de maravillas como Fargo, El gran Lebowski o No es país para viejos decidían probar un nuevo formato de exhibición con La balada de Walter Scruggs, el filme que acaba de aterrizar en la plataforma de streaming.
Antología de seis capítulos, cada uno enfocado desde una perspectiva distinta con respecto a la frontera norteamericana y a los peculiares personajes que habitan en sus alrededores. Cada parte cuenta una historia distinta basada en las convenciones del Lejano Oeste de los Estados Unidos.
Los Coen siempre se han sentido especialmente cómodos en el western, lo que vuelve a quedar de manifiesto es una apuesta audaz y cargada del humor negro habitual. De hecho, La balada de Walter Scruggs llega a ser brillante en algunos momentos. Pura esencia “Coen” en un filme irregular en algunos aspectos, pero enormemente disfrutable. Estos tipos son unos maestros y cuando les das a Liam Neeson, James Franco, Zoe Kazan o Brendan Gleeson, la cosa ya se convierte en una maravilla.