Vamos a sufrir de lo lindo. El próximo mes de abril, millones de seriéfilos en todo el mundo estarán atentos a sus pantallas. No es para menos, ya que por esos días llegará el esperado final de Juego de Tronos. El mayor fenómeno de la historia de la televisión lanzará seis capítulos de más de una hora de duración y que compondrán su octava y última temporada. Un cierre que ha provocado múltiples teorías.
A día de hoy, todos tememos que el final ya haya quedado claro. La culpa la tendría una profecía de Melissandre en la que decía que Azor Ahai, el príncipe que fue prometido, llegará como bandera del fuego para acabar con el ejército de la noche. Una figura que, después de saber de su ascendencia Targaryen, parece quedar claro que será la de Jon Snow.
¿Cuál es el problema? Pues que la misma profecía habla de que para conseguir el arma capaz de derrotar a los muertos, el príncipe prometido habrá de clavar su espada en el corazón de su propia esposa. Hablando en plata, de confirmarse la profecía de Melissandre, John Snow salvará a los vivos a costa de la vida de Daenerys Targaryen. Se avecinan tensiones desmedidas en la octava temporada de Juego de Tronos.