Es una de los últimos tiempos. La versión de Ha nacido una estrella que Bradley Cooper se marcaba se convertía en todo un éxito de crítica y público. De hecho, el filme conseguía una montaña de premios alrededor de todo el mundo. Y es que el tándem formado por el actor y director con Lady Gaga es de esos que se recuerdan durante décadas. Sin embargo, la opción le llegó a Bradley Cooper de rebote.
El mismísimo Clint Eastwood iba a dirigir Ha nacido una estrella. El maestro tenía la idea entre ceja y ceja. Además, Beyonce era su elección para meterse en la piel de la protagonista. El problema es que Clint siempre ha sido un tipo de agenda apretada, por lo que hace unos años decidió que no era el momento. Lo que sí se permitió fue despertar el gusanillo de uno de sus intérpretes más queridos: Bradley Cooper.
Efectivamente, cuando Eastwood dejó el proyecto, el protagonista de El Francotirador decidió empezar a trabajar en una versión de la historia de lo más personal. ¿El resultado? Pues la gloriosa cinta que conocemos.