El hombre es un lobo para el hombre. Un fallido experimento para solucionar el problema del calentamiento global casi acabó destruyendo la vida sobre la Tierra. Los únicos supervivientes fueron los pasajeros del Snowpiercer, un tren que recorre el mundo impulsado por un motor de movimiento eterno.
Desde que, allá por 2013, Bong Joon-ho nos presentase Snowpiercer, a todos nos quedaba la sensación de que habíamos visto una cinta gloriosa. La adaptación de la novela gráfica de Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb seducía a medio mundo gracias, entre otras cosas, a su sensacional puesta en escena. A ello se unía un reparto comandado por Chris Evans, Tilda Swinton, Jamiel Bell, John Hurt y Ed Harris, lo que suponía la guinda para esta joya de la ciencia ficción distópica.
Pasan los años y ocurre lo que todos imaginábamos: Snowpiercer se va convirtiendo en una cinta de culto con legiones de fans. Le sobra estilo, le sobra ritmo y le sobra mensaje a una cinta que resulta más que abrumadora en su puesta en escena. Pasar un rato con Bong Joon-ho siempre es interesante y si estamos a bordo del Snowpiercer, todavía más.