Se veía venir. Animales Fantásticos: Los crímenes de Grindelwald llegaba a los cines de todo el planeta hace dos meses, dejando muy claro que el encanto de la anterior cinta había desaparecido caso por completo. Mala tarjeta de presentación para un filme cuyo coste se iba hasta los 200 millones de dólares y otros 150 en distribución y publicidad.
Como no podía ser de otra forma, el público no tardaba en dejar claro que esta caótica y desacertada apuesta por la oscuridad no era lo esperado, provocando una caída sustancial en los ingresos del filme en comparación con la primera entrega. A día de hoy, con su vida comercial llegada a su fin, la saga da claros síntomas de agotamiento. Animales Fantásticos: Los crímenes de Grindelwald ha hecho 630 millones de dólares en todo el mundo, muy lejos de los 815 con que cerraba la anterior película. Así las cosas, pese a cierta rentabilidad, lo cierto es que los datos resultan decepcionantes y bastante preocupantes.
Queda una película de la trilogía de Animales Fantásticos, pero la cinta se ha convertido, con creces, en la menos rentable de toda la saga Harry Potter. Conviene ir cerrando el asunto cuanto antes…