Nadie daba un duro por ella hace unas semanas. Cuando faltaban unas horas para el estreno de Bohemian Rhapsody, las cosas no pintaban demasiado bien. Bryan Singer, su director, había sido apartado tras las acusaciones de abusos sexuales, Rami Malek no convencía demasiado como protagonista y, para colmo, casi la mitad de la crítica había arremetido duramente contra el esperado filme.
Sin embargo, el desalentador panorama cambiaba rápidamente tras la salida de los cines de los primeros espectadores. La película había encantado y Rami Malek era un Freddie Mercury soñado. El tirón de Queen se hacía evidente. Así, pasaban las semanas y los millones seguían cayendo. La realidad es que ya son tres meses desde el estreno del filme y todavía vive comercialmente, lo que se ha traducido en unos descomunales 800 millones de dólares recaudados en todo el planeta. De locura.
Todavía faltaba algo: Los premios. Inesperadamente, Bohemian Rhapsody empezaba a colarse en los galardones a última hora, haciéndose incluso con el Globo de Oro. Pero el momentazo llegaría cuando la película denostada por la crítica y amada por el público era anunciada como una de las ocho candidatas al Oscar. Merecidísima mención para un filme que ha conseguido emocionarnos a lo bestia.