Estábamos realmente preocupados por la supervivencia de Deadpool. Desde que se conociese la noticia de que Disney se hacía con los estudios de 20th Century Fox, mucho nos hemos preguntado sobre las implicaciones que ello tendrá sobre las películas de ambas compañías. Sobre el papel, lo normal es que la mano de Disney se muestre claramente, como ya ha ocurrido con LucasFilm, Marvel o Pixar. Sin embargo, este caso tiene ciertas peculiaridades interesantes.
La historia del cine nunca había asistido a una operación comparable. Y es que Disney no se ha comprado un estudio cualquiera, sino una de las grandes majors de la industria del cine. Obras tan dispares y emblemáticas como Eva al desnudo, Titanic, la saga Alien o Avatar pasan a manos de la compañía del ratón. Obviamente, gran parte del contenido de las cintas de 20th Century Fox tiene poco de ese espíritu familiar propio de Disney y el la compañía del ratón no son tontos, por lo que parece que las cosas seguirán un funcionamiento parecido al visto hasta ahora, pero con el matiz de que Disney se llevará los beneficios y gestionará como considere.
Sin una calificación R que de amparo a ese gamberrismo desmedido, Deadpool no puede existir. Así, Bob Iger ha querido salir al paso para tranquilizarnos. El CEO de Disney ya ha confirmado en Variety que “se seguirá con ese proyecto tal y como está. No queremos confundir al público, especialmente con unas películas que cuentan con tanta popularidad”. Eso sí, no se pondrá el sello de Disney o Marvel, sino una especie de submarca. Nos hemos quedado de lo más relajados.