Una pequeña decisión puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. A lo largo de la historia del cine nos hemos encontrado con infinitos casos de actores con mal ojo a la hora de elegir papeles. El diablo está en los detalles, lo que muchos han aprendido de firma dramática. De hecho, incluso las grandes compañías han mostrado, en muchas ocasiones, un impresionante mal tino a la hora de elegir sus proyectos. Si no, atentos al caso de Sony.
A lo largo de los últimos tiempos, a Sony no le ha ido demasiado bien. El escándalo de sus filtraciones y los malos resultados de la mayoría de sus proyectos han hecho que su situación no sea la mejor de todas. Por eso, la información que hemos descubierto en el libro de Ben Fritz, The Big Picture: The Fight for the Future of Movies, nos ha dejado de piedra.
Hace casi dos décadas, Sony se hacía con los derechos de explotación cinematográfica de Spider-Man. La intención de la compañía era la de desarrollar varias películas a partir de uno de los superhéroes más famosos del mundo. Además, su precio era una ganga, ya que en Marvel estaban atravesando una importante crisis. Así las cosas, la Casa de las ideas les ofrecía la adquisición de los derechos de todos sus personajes por la irrisoria cifra de 20 millones de dólares. A Sony se le planteaba la mayor oportunidad de su vida, pero no la supo ver.
Efectivamente, la compañía pensó que solo Spider-Man tenía futuro en la gran pantalla, de modo que rechazaban la ganga. Así, Sony dejaba pasar la oportunidad de haber sido los responsables de la creación del universo cinematográfico de Marvel o, lo que es lo mismo, del plan más rentable de la historia del cine.