Hanna ha sido educada por su padre, un ex-agente de la CIA, en un remoto lugar de Finlandia. Es una chica que reúne todas las cualidades de un buen soldado. Es la perfecta máquina de matar.
Efectivamente, hace unos años Hanna llegaba a nuestros cines de la mano de Joe Wright. El director adaptaba la novela de Seth Lochhead en un filme que, pese a resultar interesante, no alcanzaba el sensacional nivel que todos esperábamos. Por suerte, Amazon decidía darle una nueva oportunidad a esa implacable asesina con una serie que ya ha presentado en sociedad y que está realmente entretenida.
Vale que Hanna no va a ser la serie de nuestras vidas, pero no se puede negar que se pasan unos ratos más que trepidantes en compañía de esta jovencita/máquina de matar. Pulcra en su puesta en escena, tono y acción, estamos ante una ficción capaz de volverse trepidante en muchos momentos. Además, ese tándem formado por la genial Esme Creed-Miles y Joel Kinnaman es capaz de salvar cualquier carencia que pueda sufrir la ficción.
Amazon Studios ha vuelo a dar en el clavo con una apuesta por la acción que ya lucía poderosa en Jack Ryan. Eso sí, seguimos con la sensación de que están a un pelo de dar con una serie gloriosa. Falta un último peldaño que subir para codearse con Netflix, HBO y compañía.