Se han quedado de lo mas ofendidos por el retrato del que seguramente se trate de uno de los pasajes más oscuros de la historia moderna de Europa. El 26 de abril de 1986, el Reactor número 4 de la Central Nuclear de Chernóbil saltaba por los aires. En el último aliento de la Unión Soviética, tras años de tira y afloja con gran parte de occidente, el final de la Guerra Fría llegaba de la forma más inesperada posible. Y es que, aquella triste jornada, algo se rompió en el orgullo de un pueblo.
Mucho se ha hablado sobre esta catástrofe de épicas proporciones. Oír la palabra “Chernobyl” provoca un escalofrío instantáneo en la espalda del más pintado. Y es con aquel estallido comenzaba una utilización propagandística y política infame del incidente. A unos les interesaba el desprestigio; a otros el ocultismo. Sin embargo, la realidad es que en la localidad de Prípiat (Ucrania) y en muchos kilómetros alrededor, cientos de miles de personas sufrían las consecuencias. Un incidente espectacularmente retratado por Chernobyl, la miniserie de la HBO.
Estamos en una serie que se ha ganado su fama a base de calidad. Cinco capítulos sublimes. Las interpretaciones, la narrativa, la puesta en escena… Ni una pega que ponerle a la que ya es considerada como una de las grandes obras maestras de la historia de la televisión. Sin embargo, en Rusia no ha gustado demasiado eso de quedar como irresponsables y ocultistas, Así ya se ha puesto en marcha en desarrollo de una versión rusa de Chernobyl para contar la historia como ellos consideran mas adecuado y fiel a la verdad. Hay quien no aprende nunca…