4. José Sacristán: El cine español también conoce de resurrecciones. Si no, que le pregunten al maestro Sacristán. Uno de los actores más prolíficos y talentosos de los setenta y los ochenta iba desapareciendo con la llegada de los años 90. El nuevo milenio nos presentaba a un José Sacristán respetado, pero prácticamente olvidado por los creativos. Nadie se había dado cuenta de que el talento inconmensurable del actor se había multiplicado con el paso de los años, lo que quedaba de manifiesto en “El muerto y ser feliz”. La cinta le valía el Goya allá por el año 2012, comenzando una etapa plagada de grandes proyectos junto a jóvenes directores. “Magical Girl”, “Perdiendo el norte” o “Toro” son solo algunos de los papeles del actor más en forma de nuestro país.
5. Robert Downey Jr.: Aquí está la madre de todas las resurrecciones. El joven Robert Downey Jr. se iba haciendo hueco en la industria a base de talento. En 1992 el actor lograba una merecidísima candidatura al Oscar gracias a “Chaplin”, comenzando una interesante época profesional que se vería interrumpida constantemente por las innumerables adicciones del actor. Poco a poco, Downey caía en el olvido. Solo la absoluta concienciación de la necesidad de rehabilitarse le daba la oportunidad, con el nuevo milenio, de volver a lo grande. Interesantes papeles como el de “Kiss Kiss, Bang Bang”, “Buenas noches y buena suerte” o “Zodiac” eran el preludio de su fichaje por Marvel. “Iron Man” le convertía en el actor más cotizado del mundo, interpretando a Tony Stark en hasta media docena de películas de Marvel. Sagas como “Sherlock Holmes”, papeles serios como el de “El Juez” o gamberrismo con nominación al Oscar incluida en “Tropic Thunder” le han convertido en la estrella más brillante de la industria.
6. Kurt Russell: La última de las resurrecciones, como no podía ser de otra forma, se la debemos a Quentin Tarantino. Una de las grandes estrellas de los años 80 iba viendo como su estrella se apagaba progresivamente a medida que se acercaba el nuevo milenio. Papeles casi residuales se iban sucediendo en una carrera que parecía condenada hasta que el inefable director le rescataba en “Death Proof”. Cierto es que su irrupción no resultaría demasiado fulgurante, pero el actor volvía a la primera línea para enlazar “Los odiosos ocho”, la saga “Fast & Furious” y la sensacional “Bone Tomahawke”. Por si no fuese suficiente, “Guardianes de la Galaxia Vol. 2” era la guinda,