Los 90 fue una gran década de cine. Allá por 1995 llegaba a las salas de todo el planeta una de las cintas que más contribuyó a ello. El joven director de “Alien 3”, David Fincher presentaba un thriller policiaco con grandes dosis de suspense titulada “Seven”. Poco podíamos imaginar que el filme se convertiría en un clásico instantáneo y que su director se convertiría en uno de los más grandes de las últimas décadas. La película golpeaba como una maza a millones de espectadores que, todavía hoy siguen marcados por una obra absolutamente magnífica.
¿Quién no recuerda a la pareja de detectives formada por Brad Pitt y Morgan Freeman? La persecución de un cruel asesino en serie por parte de ambos catapultaba la carrera del primero y venía a confirmar al segundo como uno de los grandes de Hollywood, pero lo cierto es que el tándem estuvo realmente cerca de ser otro.
Por aquel entonces, Pitt no tenía el poderoso cartel con el que cuenta hoy. Eran tiempos en los que las entradas de cine las vendían otros, de ahí que la idea principal de la productora fuese apostar por un actor de otro perfil para dar vida al célebre Detective Mills. Lo que buscaban era una estrella contrastada que funcionase de reclamo para la taquilla, de ahí que la primera llamada fuese al teléfono de Sylvester Stallone. El bueno de Sly rechazaría el papel en una decisión que todavía le pesa según ha confesado en recientes entrevistas.
La metedura de pata por parte de uno de los grandes que le pondría el papel a tiro a un Denzel Washington que, por aquel entonces ya contaba con tres nominaciones y un Oscar en su palmarés. El genial actor tampoco quedaba convencido por la contundencia de un guión demasiado oscuro. Era el momento de cambiar de perfil y apostar por un joven y prometedor actor llamado Brad Pitt. El tiempo acabo dándole la razón a un David Fincher que firmaba esta soberbia obra y que iniciaría una fructífera relación profesional con su genial Detective Mills, Brad Pitt.