Se acabó. Pese a que todavía disfrutaremos mucho tiempo de la serie televisiva, Robert Kirkman ha decidido poner punto y final a los cómics de The Walking Dead. Durante más de quince años el apocalipsis zombi y la deconstrucción del ser humano ha conseguido atraparnos en las viñetas. Un largo tiempo que ha llegado a su fin.
¿Cómo decidir la forma de cerrar un viaje tan largo? Pues, tal y como ha confesado el propio Robert Kirkman, durante mucho tiempo sopesó una idea que habría resultado bastante desoladora.
“Rick iba a terminar proclamando que Aleandría era un lugar por el que merecía la pena luchar. La vida de nómadas había terminado. Era el momento de echar raíces y construir algo grande desde allí. Un discurso inspirador. Al pasar la página nos encontraríamos con la misma cara de Rick, pero inmortalizada en una estatua. Al ir alejándonos descubriríamos que las vegetación cubre la estatua del líder de Alexandría. Pronto iríamos descubriendo que el asentamiento habría sido totalmente destruido. Un caminante pasaría entonces por delante de la estatua.
De esta forma nos daríamos cuenta de que Rick llegó a construir algo y que fue tan importante que incluso se le hizo una estatua para rendirle homenaje. Sin embargo, también descubriríamos que los caminantes terminan imponiéndose. Demasiado triste y desolador como final…”