Cuando Kathy Thorn da a luz a un bebé muerto, su esposo Robert le oculta la verdad y sustituye a su hijo por un niño huérfano, ignorando su origen satánico. El horror empieza cuando, en el quinto cumpleaños de Damien, inesperadamente, su niñera se suicida. Un sacerdote que trata de advertir a Robert del peligro que corre, muere en un inesperado accidente. El creciente número de muertes hace que Robert, por fin, se dé cuenta de que el niño que han adoptado es el Anticristo y que hay que eliminarlo para impedir que se cumpla una terrible profecía.
Sin lugar a dudas, uno de los grandes rodajes malditos de la historia del cine fue el de la primera cinta de La Profecía, filmada allá por 1976. La calamidades que rodearon a la película de Richard Donner fueron tan numerosas como truculentas. Si el director de efectos especiales John Richardson sufría un accidente de tráfico un viernes 13 en un kilómetro 66,6 en la que su acompañante perdía la vida, Gregory Peck estuvo a un paso de perder la suya cuando un rayo alcanzaba el avión en que viajaba. No tuvieron tanta suerte el elevado número de miembros del equipo que viajaban en el avión accidentado que se llevaría sus vidas por delante, lo que ayudaba a alimentar la leyenda negra alrededor de la película.
Por si todas estas cosas no fuesen suficientes, a punto estuvo de suceder otra tragedia cuando el equipo de rodaje se trasladaba a la estación de Green Park y una bomba del IRA hacía explosión. Por suerte, no hubo que lamentar mayores consecuencias.