La no llueve tanto como llovía. Pese a partir como una de las más serias candidatas a convertirse en el gran éxito del verano, Fast & Furious: Hobbs & Shaw ha sufrido de lo lindo. El primer spin-off de la motorizada saga prometía una lluvia de millones, pero nada más lejos de la realidad. Su taquilla mundial decepcionaba de lo lindo, hasta el punto de que después de las dos primeras semanas en cartel, pocos apostaban por que la cinta fuese a alcanzar los 500 millones de dólares en taquilla.
Cierto es que los beneficios siempre estuvieron fuera de toda duda, pero la vida es cuestión de expectativas. Con una inversión de 200 millones en la producción y casi 100 en distribución y publicidad, quedarse alrededor de los 500 millones era una decepción. Si a eso le añadimos unos precedentes por encima de los 1.000 millones, era de lo más normal que en Universal se hablase de relativo fracaso. Sin embargo, China ha acudido al rescate.
Con más de 100 millones recaudados durante su primer fin de semana en el país asiático, Fast & Furious: Hobbs & Shaw ya roza los 600 millones. Además, la posibilidad de alcanzar los 700 no es ninguna quimera. Y es que los personajes de Dwayne Johnson y Jason Statham merecían mejor suerte.