Seguimos sorprendidos por lo que le ocurrió el pasado año con Han Solo: Una historia de Star Wars. Además de ser un filme regularcillo, el público decidía, por vez primera, darle la espalda a una cinta de la saga. Hasta 75 millones en pérdidas calculan en Disney, algo que nos parece una barbaridad, pero que en la compañía del ratón no importa ni lo más mínimo.
Disney es una empresa de descomunal alcance. Marvel, Pixar, los clásicos de Disney, la propia Star Wars y, según todo apunta, Fox. Estamos ante una mina de oro. Una auténtica máquina de hacer dinero. el batacazo de alguna película no preocupa demasiado. De hecho, Han Solo: Una historia de Star Wars terminaba siendo rentable, ya que el gran filón económico de hacer una cinta de Star Wars no es arrasar en taquilla, sino vender merchandising. El estreno del segundo spin-off intergaláctico provocó que las tiendas volviesen a llenarse de mil productos distintos relacionados con la saga, provocando una nueva oleada de ventas.
Disney es un dragón de muchas cabezas. Si una no funciona, para eso están el resto. Sea como fuere, podéis estar seguros de que Star Wars les sigue resultando de lo más rentable.
No es de recibo dedicarse a escribir blogs sobre cine cuando no se sabe de cine.
Han Solo es una gran película torpemente promocionada por una fecha de estreno equivocada. No hay más, ni menos.