Diferencias creativas. Con ese pretexto tan invocado cuando las relaciones se tuercen, Disney decidía prescindir de Colin Trevorrow, el director de Star Wars: El ascenso de Skywalker. Su sillón era ocupado por un J.J. Abrams que se encontraba con un guión que no terminaba de convencer en la compañía del ratón. Así, el nuevo responsable del filme apostaba por una historia con ciertas novedades de lo más interesantes, incluida una de especial peso que no aparecía por ningún lado en la versión de Trevorrow.
Como todos sabemos ya de sobra, el emperador Palpatine estará de vuelta en Star Wars: el ascenso de Skywalker. El regreso del auténtico villano de la saga intergaláctica sorprendía a propios y extraños. Una maniobra realmente audaz que, tal y como acabamos de saber, cristalizaba a última hora.
“Estoy agradecido a JJ por continuar con nuestras ideas e introducir elementos tan increíbles como el de traer a bordo al emperador Palpatine. Al llegar vino con esa idea debajo del brazo. Algo que nunca pensé y que fue la llave para desbloquear la historia”. Con esas declaraciones a Empire, Colin Trevorrow aplaudía un giro argumental que se sacaba de la manga J.J. Abrams y que parece haber dotado de especial lustre al resultado final.