“Tráiler: Término inglés que se relaciona con el medio cinematográfico y es traducido como“avance””. Así es, queridos amigos. Un tráiler es un avance. Cualquiera de nosotros habría usado esta palabra u otra similar para referirse a esos videos de un minuto y medio o dos minutos con los que los responsables de un filme tratan de dar a conocer su producto y atraer al espectador.
Parece evidente que para que dicho tráiler cumpla su cometido, la clave está en mostrar lo suficiente de una película como para hacer que esta resulte atractiva, pero sin enseñar todo el pastel. Así ha sido desde que el cine es cine… Hasta ahora. De unos años para acá, sentarte a ver esos tráilers que tanto nos gustaban se ha convertido en un continuo riesgo de spoiler. De hecho, incluso puedes ahorrarte el ver la película anunciada, ya que el margen para la sorpresa ha desaparecido. ¡Te lo cuentan todo.
Por extraño que parezca, “editor de tráilers” es una profesión. Hay gente especializada que conoce al espectador y sabe como atraer su atención. Decimos que parece “extraño” porque esos profesionales que siempre han demostrado un inmenso talento e inteligencia en su labor han sido sustituidos (siempre hablando en términos generales) por individuos empeñados en fastidiarnos las películas en dos minutos. ¡¿Qué demonios está pasando?!
Puede que esté focalizando mi ira de forma errónea. Puede que las distribuidoras sean las responsables de que ese “avance” se haya ido desvirtuando. Incluso cabe la posibilidad de que el propio espectador haya evolucionado hacia un individuo que no quiere ningún tipo de sorpresa al sentarse en su butaca y que el raro sea yo. Pero ejemplos como estos que adjuntamos parecen apuntarse a esta teoría.