La cosa no pintaba demasiado bien. Pese a la ilusión generada después de que se anunciase la adaptación cinematográfica del famoso musical Cats, cada día íbamos sintiéndonos más preocupados. ¿La razón? Pues que los sucesivos adelantos tenían un aire demasiado extraño e inquietante. Algo no funcionaba y el gran público empezaba a percibir que el sueño podría tornarse en pesadilla.
El ambiente alrededor de la película ya no era demasiado bueno, pero todo ha ido a peor. Días atrás conocíamos que Cats era una de las cintas más caras de la historia del cine. Al parecer, los brutales costes del DGI utilizado disparaban su inversión a casi 300 millones de dólares. Una barbaridad para un proyecto sin garantías. De hecho, la crítica la recibía con horribles valoraciones y el hacer coincidir su estreno con el de Star Wars: Los últimos Jedi tampoco sonaba a idea brillante. Eso sí, ni en sus más horribles pesadillas los responsables del filme podían imaginar que la cosa terminase siendo tan sumamente grave.
Con 6,5 millones de dólares recaudados en su estreno americano y otros 4,4 millones en el resto del mundo, el descalabro es épico. Ni los 11 millones alcanza en su debut Cats. De hecho, alcanzar los 40 finales ya parece un milagro, lo que la convertirían en el mayor desastre económico de la historia del cine con unas pérdidas de 260 millones. Batacazo de los que no se olvidan.