Puede no ser la octava maravilla del mundo, pero el que diga que Underwater no le ha ofrecido una hora y media de cine trepidante… La película se presentaba en los cines de todo el mundo con la firme intención de convertirse en uno de los grandes fenómenos del año, pero la cosa ha dado un giro inesperado y ahora resulta que estamos ante un batacazo económico de proporciones incalculables.
Una tripulación de seis integrantes quedan atrapados en una instalación submarina que se está inundando a gran velocidad como consecuencia de un sismo devastador. Su única oportunidad para sobrevivir es caminar a través del suelo marino hasta una lejana plataforma petrolífera abandonada. Además de los retos físicos que implica el viaje, descubren rápidamente que están siendo cazados por depredadores marinos míticos y monstruosos, dispuestos a matarlos.
Así se presentaba la película de Kristen Stewart y Vincent Cassel. Una producción en la que se invertían 80 millones de dólares y que, con su vida comercial cerca de agotarse en medio mundo, ha sumado poco más de treinta millones de recaudación. Para colmo la crítica no ha tenido piedad de un filme que consigue atraparnos irremediablemente, pero cuyas bondades parece que no se han apreciado en su justa medida. Una lástima.