Diario de a bordo. Sexto día de reclusión. La pandemia sigue descontrolada, todos estamos recluidos en nuestros hogares y el apocalipsis zombie parece estar cada día más cerca. ¿Problema? Ninguno. El cine acude al rescate un día más. En esta ocasión, todo queda en manos de Guillaume Canet con su sensacional Pequeñas mentiras sin importancia.
Max, el propietario de un restaurante de éxito, y Véro, su ecologista mujer, invitan, como todos los años, a un grupo de amigos a su bella casa de la playa para celebrar el comienzo de las vacaciones. Pero este año, justo cuando iban a abandonar París, un amigo común, el carismático Ludo, sufre un gravísimo accidente.