En esto del cine estamos acostumbrados a encontrarnos con presupuestos mastodónticos. Cuando se trata de facturar uno de esos blockbusters llamados a reventar las taquillas, las grandes compañías no escatiman en dinero. Si se quiere hacer un montón de pasta, lo habitual es desembolsar cantidades millonarias.
Sin embargo, a pesar de las asombrosas inversiones que vemos hoy día, lo que sigue sin ser habitual es que una única escena cueste la friolera de 10 millones de dólares. Esa fue la cantidad que Warner puso en manos de las hermanas Wachowski para rodar la película completa de Matrix. El problema es que las directoras decidieron invertir esa cifra en el rodaje de la escena inicial de la película. Cierto es que la maniobra suena de lo más arriesgada. De hecho, lo fue. No obstante, cuando se plantaron en Warner para mostrar que habían gastado el presupuesto completo de la cinta en una escena, el estupor inicial de los responsables de la compañía mutaba en entusiasmo en pocos minutos. Lo que allí vieron dejaba claro que estaban ante un potencial exitazo.
Podían haberse llevado una patada en el culo, pero las Wachowski salieron de allí con otros 70 millones de dólares para terminar una película que, a día de hoy, es pieza fundamental de la historia del cine.