La experiencia de hoy no es nada sencilla. Disculpad si hoy ponemos sobre la mesa un menú tan amargo para el día de confinamiento, pero merece la pena. Y es que la mina de oro que es el cine francés nos trae hoy un filme de esos que calan como niebla en los huesos. Custodia compartida es una experiencia cinematográfica que roza el terror sin que casi lo veamos ni venir. Un golpe directo al mentón y al alma.
Myriam y Antoine Besson se han divorciado, y ella solicita la custodia exclusiva de su hijo Julien para protegerlo de un padre al que acusa de violento. Antoine defiende su caso como un padre despreciado, y la juez del caso sentencia a favor de la custodia compartida. Rehén del creciente conflicto entre sus padres, el joven Julien se ve empujado al límite.
Cuesta imaginar un principio de película más audaz que el de Custodia compartida. Se nos convierte en tabula rasa para golpearnos sin contemplación durante el resto de metraje, Descomunal.