Eso de vivir una vida constantemente amenazada de muerte no parece nada sencillo. La exposición pública que viven las estrellas de cine les coloca en el centro de las miradas de muchos individuos que, por uno u otro motivo deciden que terminar con sus vidas puede ser de lo más sugerente. si no, que le pregunten al mismísimo John Wayne. Un hombre que estuvo a punto de ser asesinado en varias ocasiones.
Los enemigos de “El Duque” no se puede decir que no fuesen poderosos. El actor se convirtió en la gran estrella del Hollywood de los estudios. Todo un referente que haría de Wayne el actor mejor pagado durante décadas. El viejo John representaba los valoras más arraigados en el patriota americano de la época. Su alargada figura era el referente de sus compatriotas. John Wayne era el héroe americano.
La cuestión es que uno de los principales rasgos que debía lucir un buen americano a mediados del pasado siglo era el odio a los comunistas. Algo que no gustaba mucho fuera de las fronteras americanas. especialmente antipático le resultaba el tema al mismísimo Josef Stalin. El líder soviético era un gran aficionado al cine, por lo que iría desarrollando un odio enfermizo hacia la figura del actor y todo lo que representaba. Hasta tal punto llegaría la antipatía que, a finales de los 40, el dictador ordenaría eliminar a John Wayne. Dos agentes soviéticos se desplazaría a EE.UU en 1949 con el fin de cumplir los deseos de Stalin. Ambos individuos lograban colarse en los estudios de Warner Bros. haciéndose pasar por agentes federales. Solo la rápida reacción de auténticos agentes del FBI lograría impedir la muerte de Wayne.
La conspiración tendría un nuevo capítulo en 1952, durante el rodaje en Méjico de la película “Hondo”. En esta ocasión, la policía mejicana lograría evitar el asesinato gracias a los detectives contratados por Esperanza Baur, la segunda esposa del autor.
Pero Stalin no era el único que quería ver muerto a John Wayne. Mao Zedong mandaría a un francotirador chino a Vietnam, con el objetivo de eliminar al actor en su visita a las tropas norteamericanas. El líder chino calificaba a Wayne como el “Gran Demonio Jefe del Gran Satán Americano”. La suerte quiso que el encargado de apretar el gatillo fallase en aquel 1996. Al ser detenido, el francotirador confesaba que las ordenes directas de Mao eran terminar con la vida del legendario actor.
Finalmente, sería un cáncer el que nos privaría del inmenso John Wayne allá por 1979.
El señor redactor debería revisar antes de publicar.