Qué maravilla es esto del cine, que cuando menos te lo esperas aparece una película como Drive. Cuando vas a ver una de Spielberg o Scorsese, no es descabellado pensar de antemano que puede ser una de esas cintas que te marquen, pero quién podía pensar que una cinta con aire independiente y dirigida por un danés llamado Nicolas Winding Refn nos iba a dar un buen puñado de momentos para enamorarnos. La secuencia concreta que hoy recogemos es el ya famoso momento del ascensor. Ryan Gosling y Carey Mulligan. Un desconocido de aspecto peligroso. Amor, pasión, tensión y violencia. Todo elevado a la enésima potencia en este momento tan lírico como crudo.