Estamos en la Galicia de la década de los 80. La reconversión de la pesca ha dejado a una parte de la flota gallega en tierra y cientos de armadores endeudados. No hay trabajo. En los muchos pueblos de pescadores que recorren la costa gallega, la falta de ingresos y los pagos cotidianos estrangula las economías familiares. Es el caldo de cultivo perfecto para que se produzca la gran transformación: los antiguos traficantes de tabaco dan el salto a algo más grande, más lucrativo, pero mucho más peligroso: las drogas.
Una época realmente convulsa de la historia española se convertía, hace un año, en una de las series más brillantes jamás facturadas por la televisión de nuestro país. Fariña arrasaba gracias a una propuesta sensacional. Tensa y trepidante en su trama, pero también espectacularmente cuidada en su puesta en escena, la serie nos encandilaba sin remedio. Diez capítulos gloriosos que, a día de hoy, siguen sin tener continuidad.
Muchos somos los que llevamos tiempo preguntándonos qué ocurrirá con Fariña. Pues bien, la realidad a día de hoy es que no tiene mucha pinta de que vayamos a encontrarnos con una segunda temporada, al menos a corto plazo. La serie nació con la intención de cerrar tras su primera tanda de episodios. Así, pese a que el exitazo y la presión de Netflix pueden llevar a su continuidad, lo cierto es que, de momento, no hay regreso de Fariña en el horizonte. Una pena.