“Anoche soñé que volvía a Manderley…”. Se pone uno a bucear por la historia del cine y pocas cosas se encuentra como Rebeca. A pesar de que el tiempo le ha dado más repercusión a otras películas del enorme Alfred Hitchcock, seguramente Rebeca sea su obra mas perfecta. Ganadora del Oscar en 1940, la oscuridad que inunda cada rincón de la emblemática Manderley sigue nublando nuestras almas como el primer día.
Al poco tiempo de perder a su esposa Rebeca, el aristócrata inglés Maxim De Winter conoce en Montecarlo a una joven humilde, dama de compañía de una señora americana. De Winter y la joven se casan y se van a vivir a Inglaterra, a la mansión de Manderley, residencia habitual de Maxim. La nueva señora De Winter se da cuenta muy pronto de que todo allí está impregnado del recuerdo de Rebeca.
Lawrence Olivier, Joan Fontaine, George Sanders… casi nadie al aparato. Cuando las más de dos horas de metraje de Rebeca llegan a su final, resulta que no has respirado ni un minuto. Ahí es donde te das cuenta de que el depurado formal y narrativo de Sir Alfred va a otros niveles. Su reino nunca fue de este mundo. Esta noche invita Filmin.