Nunca lo tuvo nada fácil. Desde que hace años se anunciase la adaptación televisiva de la película de Jong Boon-Ho, la serie de Snowpiercer no encontraba más que problemas. Pese al entusiasmo desmedido de incontables seriéfilos con el proyecto, la cosa estaba cada día al borde de la cancelación. Poco podíamos imaginar que finalmente se hiciese realidad la serie y mucho menos que la decepción fuese tan importante.
Snowpiercer queda muy lejos de lo que podía ser. A pesar del poderoso material de partida, la ficción se pierde gravemente y por demasiados frentes. Levemente entretenida es lo mejor que se puede decir de una serie que se pierde dentro de un terrible caos narrativo. Los personajes patinan y las tramas se abordan sin la suficiente atención. Demasiados elementos interesantes que terminan siendo desperdiciados.
Cierto es que la esperábamos como agua de mayo, pero ya tenemos que contar como un patinazo este ambicioso proyecto. Snowpiercer nos deja fríos.
¿De qué va Snowpiercer? Ambientada siete años después de que el planeta Tierra se haya convertido en un páramo helado, la serie sigue a los restos de la humanidad, que habitan en un tren de grandes dimensiones en continuo movimiento. Clases sociales, justicia social y juegos políticos se dan dentro de lo que para la humanidad es su único hogar. Adaptación de la novela gráfica homónima.