Sin motivo aparente Cora Tannetti (Jessica Biel), una joven madre que está en una playa con su marido y su hijo, apuñala a un extraño hasta matarlo. Ella en su declaración dice no saber por qué lo ha hecho. Un policía (Bill Pullman) comienza a investigar y se obsesiona con descubrir el motivo oculto de la mujer. Juntos viajarán por un viaje desgarrador hacia las profundidades de su psique y los violentos secretos escondidos en su pasado.
En alguna ocasión hemos querido ya poner de relieve las incontables virtudes de esa frenética miniserie llamada The Sinner. Jessica Biel y Bill Pulman nos ofrecían el pasado verano una joya de las buenas. Y es que la ficción nos presentaba un asesinato como nunca lo habíamos visto, haciendo no no nos preguntásemos por el qué o el quién, sino por los motivos de una persona que no se oculta en ningún momento.
Era brillante. The Sinner nacía con la intención de ofrecernos una historia autoconclusiva, pero se convertía en un auténtico exitazo, por lo que los responsables de la serie optaban por nuevas temporadas en las que el detective Harry Ambrose (Bill Pullman) servía como elemento canalizador. The Sinner nos iba ofreciendo casos novedosos, lo que funcionaba en su segunda tanda de episodios, pero que ahora patina por todo lo alto en su tercera temporada.
Un fatal accidente automovilístico con Matt Bommer como protagonista. Ese es el epicentro de The Sinner, una serie que ya no luce como lo hacía. Ha perdido frescura de forma llamativa y sus casos están cada vez peor armados. Las muestras agotamiento se hacen evidentes y es una auténtica pena, porque la cosa prometía.