La joven y ambiciosa Nomi Malone (Elizabeth Berkley) viaja a Las Vegas con el objetivo de convertirse en una estrella del espectáculo. Empieza trabajando como bailarina de strip-tease, pero acaba consiguiendo una audición para cantar en el coro de una obra del Casino Stardust, donde trabaja la Starlette Cristal (Gina Gershon). Sin embargo, Nomi no tardará en darse cuenta de que el mundo que la rodea es más duro y menos brillante de lo que pensaba.
El doble rasero moral del espectador acabó con la gloriosa Showgirls del bueno de Paul Verhoeven. Permitimos cualquier cosa menos destapar las miserias del mundo del espectáculo con un montón de mozitas con sus vergüenzas al aire. Mutila, golpea y fusila y serás el rey, pero si apuestas por el morbo, la sordidez y las lentejuelas elevadas a la enésima potencia, te defenestran. ¿Solo nosotros hemos entendido la acidez latente en el mensaje de Verhoeven?
Algún día alguien le ofrecerá unas merecidas disculpas de parte de toda la industria por el maltrato al que han sido sometidas varias de sus obras. El sensacional director Paul Verhoeven firmaba allá por 1995 una cinta que apuntaba a éxito, pero que era recibida con los cuchillo en alto por parte de la crítica. Como no podía ser de otra forma, tras ser acribillada por la prensa especializada, el filme fracasaba en taquilla de forma estrepitosa. La arriesgada puesta en escena, la elevada carga erótica y el radical estilo mostrado por Verhoeven acababan por sepultar a un filme que, de forma sorprendente, emergía poco tiempo después. contra todo pronóstico, el paso de los años convertía a Showgirls en una cinta de auténtico culto.