Es fácil de comprender, pero difícil de explicar. Sin lugar a dudas, el camino del éxito está plagado de cuestiones de lo más complejas. No son pocas las ocasiones en las que vemos como ficciones sensacionales reciben la indiferencia del gran público. Al mismo tiempo, otras de lo más flojitas se meten a propios y extraños en el bolsillo. Mujer es uno de los ejemplos más interesantes de este último grupo.
Sin que nadie lo viese venir, una producción turca de argumento telenovelesco se ha convertido en el gran fenómeno televisivo de las últimas semanas. Cada nuevo episodio de la serie consigue audiencias cercanas al 20% para Antena 3. Efectivamente, hablamos de una serie con muy pocas virtudes, pero que tiene una inapelable: engancha. Sus interpretaciones no van mas allá, sus tramas están descuidadas y su puesta en escena resulta de lo más pobre. Sin embargo, como siempre ocurre con este tipo de historias, si te dejas atrapar ya no hay vuelta atrás.
¿De qué va Mujer? Bahar (Özge Özpirinçci) es una joven viuda con dos hijos que vive en un barrio muy pobre. Abandonada por su madre cuando era niña, y tras la muerte accidental de su marido Sarp (Caner Cindoruk), tiene que sacar adelante sola a su hija de 8 años, Nisan (Kübra Süzgün), y a Doruk (Ali Semi Sefil), de 3. Y en esta tarea le ayudan su joven vecina, una madre soltera de mala reputación, y su compañera de trabajo, una mujer que ha sido repudiada por su marido. Bahar cae gravemente enferma y, tras veinte años, vuelve a contactar con su madre Hatice (Bennu Yıldırımlar), a la que culpa de abandono. Bahar tendrá que hacer frente a los fantasmas del pasado y a su hermana, Sirin (Seray Kaya), una joven sin escrúpulos a la que no conocía y quien mantenía una relación amorosa con su difunto marido. Cuando Bahar se entera de esta traición, el dolor de la pérdida se transforma en ira y su mundo se derrumba. Pero, hay muchos interrogantes en el camino… ¿realmente falleció su marido?