No vamos a cuestionar ahora que en Netflix nos ofrecen centenares de horas de contenido sensacional, pero tampoco se puede negar que les cuesta dar el salto de calidad definitivo con sus películas. Para encontrarnos con una cinta notable tenemos que enfrentarnos a 50 poco relevantes. A pesar del ruido que suele hacer cada uno de sus estrenos y a campañas promocionales brutales, la realidad es que la irrelevancia es lo mas habitual.
Enola Holmes llevaba meses generando titulares. Tras la desaparición de su madre, la hermana pequeña de Sherlock Holmes huye para convertirse ella también en detective privada. Con ese argumento se presentaba la adaptación de la novela de Nancy Springer que Netflix estrenaba el pasado 23 de septiembre.
Millie Bobby Brown (Stranger Things) se convierte en la gran protagonista de una película con auténtico repartazo (Henry Cavill, Helena Bonham Carter, Sam Claflin y Fiona Shaw), pero que no consigue ir más allá del mero entretenimiento ligero. Cierto es que Brown vuelve a dejar claro que talento, carisma y encanto le sobran, pero la sensación es la de que se desperdicia un elenco brutal y una historia con pintaza. No diremos que Enola Holmes es desastre de tipo alguno, ya que se pasan dos horas agradables. Pero poco más.
Irregular y con un impostado afán de dotar de modernidad una historia del S-XIX, lo cierto es que Enola Holmes no vuela tan alto como debería. Una auténtica pena.