Por cosas como esta merece la pena la suscripción a Netflix. Con el paso de los años y el aumento desmesurado de su potencia, la plataforma de streaming ha ido multiplicando a lo bestia su número de propuestas. A pesar de que nunca escatima en gastos, no se puede negar tampoco que cada vez es más complicado encontrar una obra maestra entre tanta cosa. Ya no son aquellos francotiradores de puntería precisa que entraron en nuestras vidas hace años. Ahora todo es un bombardeo en el que, por suerte, todavía se pueden encontrar maravillas como Gambito de Dama.
En plena Guerra Fría, la joven Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) es una huérfana con una aptitud prodigiosa para el ajedrez que lucha contra la adicción mientras trata de convertirse en la mejor jugadora del mundo.
Es, sencillamente, impecable. Los 7 episodios de la miniserie de Gambito de Dama nos ofrece una historia sutil y arrolladora, ejemplo impecable de lucha silenciosa. Precisa y preciosa, todo funciona de forma sensacional y nos atrapa irremediablemente. Para colmo, Anya Taylor-Joy nos recuerda las razones por las que es una de las mejores actrices jóvenes del planeta. Una fuerza de la naturaleza que eleva Gambito de Dama a la excelencia.