Para convertirte en una de las películas más queridas por el público, hace falta que todo encaje a la perfección. Regreso al futuro es una de esas cintas que se mueven entre el amor incondicional de millones de cinéfilos y el culto reverencial de no pocos espectadores. Ingenio y encanto elevados a la enésima potencia en la gran abanderada del cine de los 80 y exponente de un tiempo en el que el séptimo arte alcanzó niveles irrepetibles.
¿Qué sería de Regreso al Futuro sin Doc, Marty o el DeLorean? Pues que no sería lo mismo. Tres cuartos de lo mismo ocurriría si Alan Silvestri no se hubiese marcado una de esas bandas sonoras inolvidables. Allá va la pieza principal de la película, por cortesía del gran compositor. Intentad no sufrir un ataque de nostalgia.