En el siglo XIV, los escoceses viven oprimidos por los gravosos tributos y las injustas leyes impuestas por los ingleses. William Wallace es un joven escocés que regresa a su tierra después de muchos años de ausencia. Siendo un niño, toda su familia fue asesinada por los ingleses, razón por la cual se fue a vivir lejos con un tío suyo.
Tras casi tres horas cargadas de épica y cine de gran nivel, Mel Gibson se saca de la manga un cierre inmejorable para Braveheart. William Wallace ya no está, pero su espíritu vive dentro de los corazones de los guerreros escoceses. Robert the Bruce mira a los ojos de unos hombres que no piensan renunciar a su libertad, a pesar de acudir al campo de batalla con el objetivo de rendirse. Los planes cambian entonces de forma radical, ofeciéndonos unos últimos minutos legendarios.