4. Snowpiercer: Una larga espera para un patinazo de épicas proporciones. Ambientada siete años después de que el planeta Tierra se haya convertido en un páramo helado, ‘Snowpiercer’ sigue a los restos de la humanidad, que habitan en un tren de grandes dimensiones en continuo movimiento. Clases sociales, justicia social y juegos políticos se dan dentro de lo que para la humanidad es su único hogar. Adaptación de la novela gráfica homónima. La alegoría sepultada bajo el trazo grueso y el desperdicio más absoluto de actores e historia. Una pena.
3. Space force: El regreso de nuestro adorado Steve Carell a la pequeña pantalla prometía. De hecho, era creador de una serie que, sin duda, termina como una de las grandes decepciones del año. La ficción cuenta la historia de un grupo de soldados a los que se les encarga la creación de una rama especial del ejército llamada “The Space Force”. El que espere recuperar el espíritu de The Office, que se vaya olvidando.
2. Por H o por B: Mal asunto cuando una comedia no te hace reír. Peor todavía si HBO le ofrece su prestigioso sello a tal desastre. Con el madrileño barrio de Malasaña convertido en un personaje más, contará la historia de Hache y Belén, dos amigas de Parla que, tras años sin hablarse, se reencuentran en su nueva vida en el centro de la ciudad. El inevitable choque cultural entre los dos mundos dará lugar a una catástrofe de divertidas proporciones
1. Historias de Alcafrán: La serie de José Mota no había por donde cogerla. Una alcaldesa y sus dos hijas adolescentes, un exalcalde corrupto recién salido de la cárcel y su mujer, un joven profesor recién llegado para dar clase a los adultos de la localidad, una pareja de gays que regentan el bar del pueblo, un cura deportista al que todo el pueblo se confiesa.. hasta la vaca Margarita, cuidada (y ordeñada) por todos los residentes. ¿Risas? Poca o ninguna.